Árboles en lugar de bombas
Hace 70 años, el bombardero americano Enola Gay dejó caer la primera bomba atómica sobre Hiroshima. Cerca de 80.000 personas perdieron la vida al instante, aunque fueron muchas más las víctimas por las radiaciones en los años venideros. No sólo se perdieron vidas humanas, sino que todo tipo de flora y fauna también sucumbió al ataque.
Los árboles que sobrevivieron al bombardeo nuclear reciben el nombre de árboles Hibaku. El artista japonés Hiroshi Sunairi recolectó algunas semillas de estos árboles y las ha ido propagando por todo el mundo, regalándoselas a quienes quisieran plantarlas. Con Tree Project, Sunairi no sólo quiere recordar lo que pasó en Hiroshima para que no vuelva a suceder, sino también quiere compartir el placer de cuidar una planta. Y, en efecto, el artista ha encontrado una manera de unir a la gente a través de estos árboles que acarrean tras de sí una historia tan traumática. Puedes ir siguiendo los enlaces que se crean en todo el mundo gracias a la transmisión de estas semillas en el blog del proyecto y en las exposiciones que se van realizando.
Hacer crecer una planta es un acto poderoso que nos recuerda la capacidad para hacer el bien que (también) tiene el ser humano.